Cuando consideramos nuestros cuerpos bajo el aspecto energético, podemos rápidamente ver que los cristales se convierten en herramientas ideales para trabajar con las energías del aura.
Comenzando por la molécula de ADN en el corazón de cada célula, existe un superbanco de memoria con la capacidad de muchos miles de millones de bits de información superior a la de los mejores ordenadores que hay hoy en día sobre la tierra. Estas células se conectan para formar un tipo de tejidos muy especiales, los que, a su vez, forman órganos, glándulas, y las partes estructurales principales, cuyo conjunto constituye el mecanismo completo del cuerpo.
Los cristales son trasmisores, amplificadores y focalizadores tremendamente exactos de todos los tipos de energía que afectan a los sensores de nuestro cuerpo, esto es, las energías eléctricas, electromagnéticas, mecánicas y de luz. Incluso a nivel mas profundo; energías sutiles que están afluyendo constantemente a nuestro cuerpo.
Los cristales pueden ser de gran ayuda para eliminar los bloqueos de energías e influir en la salud de nuestro cuerpo.
Libro "Los cristales" (fragmento) 1987
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